PsicoEducativa: reflexiones y propuestas

Vol. 5, Núm. 8, 2018


Alcoholismo en jóvenes universitarios: una mirada a su contexto social

Sergio Alexander Cruz Rivera (*) alexkutch34@hotmail.com
Karen Analy González Almendárez (*) karen52030@gmail.com
AÁngel Mauricio González Elorza (*) amge001@gmail.com
Ana Paula Juan Estefana (*) youmakenoise97@gmail.com

*Estudiante de la carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM

Cómo citar este texto: Cruz, S. A., González, K. A., González, A. M. y Juan, A. P. (2018). Alcoholismo en jóvenes universitarios: una mirada a su contexto social. PsicoEducativa: reflexiones y propuestas, 5 (8), 56-66.

RESUMEN

En la presente investigación la hipótesis planteada fue que la ingesta de bebidas alcohólicas en jóvenes se ve fuertemente relacionada a sus relaciones interpersonales en los distintos contextos que conviven o se desenvuelven. Los participantes fueron 10 estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala con un rango de edad entre 18 a 23 años. El procedimiento consistió en la aplicación de dos instrumentos, uno de ellos fue la Breve Escala Sobre Dependencia Al Alcohol (BEDA), con el fin de saber la dependencia que presentan los participantes, y el otro fue el Inventario Situacional de Consumo de Alcohol (ISCA), cuyo propósito fue identificar las situaciones en las cuales el participante presenta el consumo. Los resultados muestran que la frecuencia, la cantidad y el control del consumo se ve directamente influenciado a cómo los chicos se desarrollan socialmente ante sus iguales, familiares y en medio que los rodea.

Palabras clave: dependencia de alcohol, jóvenes, grupos sociales.

ABSTRACT

In the present investigation, the hypothesis proposed was that the alcohol’s drinkings intake in university students is related to the interpersonal relations in different contexts where they unwrap. The participants were 10 students from the Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM with an age range between 18 and 23 years. The procedure consisted of the application of two instruments, one of them was the Brief Scale on Alcohol Dependency (BEDA), in order to know the dependence of the participants, and the other was the Situational Inventory of Alcohol Consumption (ISCA), whose purpose was to identify the situations in which the participant presents the consumption. The results showed that the frequency, quantity and control of consumption is directly influenced by how children develop socially before their peers, family members and the environment that surrounds them.

Keywords: alcohol, young people, social groups, dependence.

1. INTRODUCCIÓN

Problemática general

Para la Organización Mundial de la Salud (1994) las sustancias psicoactivas o psicotrópicas son aquellas que al ingerirlas existe una alteración de las funciones mentales.

Dentro de estas tenemos a las drogas, de las cuales podemos decir que refieren a una sustancia que tiene el potencial de prevenir o curar una enfermedad, o incluso aumentar la salud física o mental, pero esto desde la medicina; mientras que en la farmacología se ve como una sustancia química que modifica los procesos bioquímicos y fisiológicos de los tejidos u organismos. Cabe señalar que existen dos modalidades, las legales y las ilegales.

Las ilegales son aquellas cuya producción, venta o consumos están prohibidos en una determinada jurisdicción, mientras que las legales son aquellas que no lo están.

Una de droga ilegal que ha sido usada durante mucho tiempo y por una variedad de personas es el alcohol, que es un sedante/hipnótico que además de los efectos sociales de su consumo la intoxicación alcohólica puede causar envenenamiento o incluso la muerte; el consumo intenso y prolongado origina en ocasiones dependencia o un gran número de trastornos mentales, físicos y orgánicos (OMS, 1994).

Al respecto los autores Torres-Martínez, Barrios-Penna, Díaz-Narváez, Vega-Troncoso, González-Cruz y Vergara-Castillo (2017) realizaron una investigación, en la cual el objetivo fue describir las características del consumo de bebidas alcohólicas e identificar el patrón de consumo en estudiantes de odontología de la Universidad San Sebastián, y los resultados que obtuvieron demostraron que el 15% de los estudiantes son consumidores de riesgo, mientras que el 18% presenta un consumo perjudicial o una posible dependencia. Además de que en los estudiantes que consumen alcohol, la variable ingreso familiar, en relación con las variables época del año en que consumen y la presencia de problemas derivados del alcohol, están asociadas.

Otros autores como Davoren, Demant, Shiely y Perry (2016) realizaron una investigación que tuvo como propósito resumir toda la información disponible sobre la prevalencia del consumo de alcohol entre estudiantes universitarios en la República de Irlanda y el Reino Unido de 2002 a 2014, encontraron que, investigaciones recientes han notado la disminución de los niveles de consumo de alcohol entre adultos jóvenes, sin embargo, el consumo peligroso de alcohol prevalece entre los estudiantes universitarios en Irlanda y Reino Unido. Dichos autores a lo largo de la revisión literaria, consideran que, a diferencia de muchas otras conductas de riesgo como el tabaquismo o el uso de drogas ilícitas, el alcohol puede considerarse tanto una enfermedad cardiovascular como un factor de riesgo (cáncer) a dosis bajas. Los resultados hallados corroboran que los patrones de consumo de alcohol entre estudiantes masculinos y femeninos están convergiendo, además de que en las últimas dos décadas ha aumentado el consumo de alcohol femenino y un esfuerzo centrado en la comercialización del alcohol directamente en mujeres jóvenes. Otro dato importante es que las implicaciones de este consumo son más serias dada la susceptibilidad biológica innata de las mujeres a los daños asociados con el consumo de alcohol. Finalmente, se ha comprobado que los aumentos de impuestos, la fijación de precios mínimos por unidad, el acceso restringido al alcohol minorista y las prohibiciones de la publicidad de bebidas alcohólicas reducen de manera efectiva los niveles de consumo peligroso y el daño relacionado con el alcohol.

En cuanto al estudio realizado por Muñoz, Barbosa, Briñez Caycedo, Mendez y Oyuela (2010) que tuvo como objetivo conocer los elementos, según la percepción de los jóvenes universitarios, influyen en el consumo de alcohol. Encontrando que, en situaciones personales un riesgo alto de consumo se da en mayor porcentaje frente a situaciones que conllevan emociones agradables y urgencia por consumir. En situaciones con otros, el riesgo alto es presentado en mayor medida dentro de los momentos agradables y cuando hay presión social. Por otro lado, encontraron que, entre más joven se sea al iniciar el consumo de sustancias alcohólicas mayor es el riesgo de dependencia, de consumo en situaciones en que se experimentan emociones agradables, de conflicto con otros, donde hay presión social para consumir y en los momentos agradables. Sin embargo, los autores del presente trabajo consideran que la percepción de los universitarios con respecto al consumo es parte de su cultura, así como del hecho mismo de ser universitario, con características que inducen la ingesta y la mantienen por razones como las de búsqueda de placer, bienestar y presiones sociales tanto de amigos como de familiares. Cabe destacar que el aspecto que cobró mayor relevancia en la información recabada fue el de la socialización, debido a que los amigos cobran gran importancia tanto por la época de la vida como por la soledad que experimentan, ya sea por estar lejos de la casa o por diferentes circunstancias no se da la cercanía con la familia, de igual forma, la soledad por ausencia de figuras protectoras se ve como un factor causal.

Autores como Banderas, Martínez y Romo (2010) consideran por su parte que la búsqueda de sentido de vida y una resignificación al sufrimiento son importantes ya que los comportamientos adictivos, las emociones extremas, el pensamiento repetitivo, aburrimiento-enajenación y la falta de sentido, propicia y recrudece el círculo vicioso que acompaña tanto al consumo y abuso de drogas como su consecuente adicción.

De acuerdo con Santos, Pereira y Veiga (2009) el consumo comienza muy a menudo a edades más jóvenes y que las prevalencias de consumo excesivo en los jóvenes ha incrementado. Por otra parte, en su estudio realizado encontraron que los hombres reportaron niveles más altos de consumo que las mujeres concluyendo que el consumo de alcohol durante la educación universitaria parece ser una actividad normativa por muchos de los estudiantes, aunque para algunos sea una conducta transitoria.

Problemática específica

Desde siempre el alcohol y su ingesta ha estado fuertemente integrada en la dinámica de vida tanto de la cultura occidental como oriental, se consume en celebraciones, momentos importantes para personas y como un instrumento para separarse de la realidad por un plazo de tiempo, lo cual la ha llevado a ser considerada como una sustancia que forma parte de la vida cotidiana. Tanto al alcohol como al cigarro, socialmente se les atribuye una idea de madurez a quien las consume, como un medio de escape y relajación, además de ser un facilitador para conseguir felicidad o tranquilidad.

Debido a que la ingesta de alcohol en los últimos años ha ido en incremento, no sólo en México sino a nivel mundial, existen varias investigaciones que tienen como objetivo realizar programas de prevención con el afán de propiciar un decremento en la ingesta, así como en la reducción de problemas consecuentes, siendo de esta manera que algunos autores le dan mayor peso a las cuestiones sociales debido a que consideran que el alcoholismo ya es parte de la cultura y en dicha problemática existen empresas e instancias gubernamentales que intervienen para que se facilite el acceso a las bebidas embriagantes por parte de los jóvenes, de igual forma, existen otros autores que consideran relevante el papel de la familia como mediadora del consumo debido a que es ahí en donde se dan los ejemplos. Sin embargo, el papel que tiene la falta de habilidades de asertividad, auto-control, sociales, etc. por parte del sujeto cobra gran relevancia ya que es él quien decide en las diversas situaciones que se le presentan e involucran la ingesta de alcohol (Lázaro, Campo, Carpintero y Soriano, 2009).

No obstante con el progreso de las ciencias, específicamente en las ciencias destinadas al estudio de la salud humana, se ha desmitificado el uso de la bebida, como otras sustancias psicoactivas, dando a la luz algunas de las verdaderas razones de su ingesta y posibles consecuencias del consumo y exceso del alcohol en el desarrollo humano. Entre algunas de las problemáticas que surgen a raíz del incremento en el consumo de alcohol en jóvenes se encuentran accidentes automovilísticos, en ocasiones mortales, problemas de violencia, psíquicos, daño al organismo, etc.

De las investigaciones derivadas del estudio sobre la ingesta del alcohol se han obtenido gran acervo de informaciones de suma relevancia, los resultados han sido muy variados pero algo que podemos destacar es que se ha considerado a la población juvenil, específicamente la perteneciente al nivel universitario como un blanco vulnerable en muchos aspectos al desarrollar una dependencia y abuso de las bebidas alcohólicas.

Un ejemplo de ello es el trabajo realizado por Camacho, (2005), psicólogo colombiano que a 618 estudiantes de una ingeniería en Bogotá aplicó el Cuestionario de Expectativas hacia el Alcohol (AEQ), su trabajo fue con el fin de identificar las expectativas positivas, factores sociales y la ansiedad social en los jóvenes para estar a favor del consumo del alcohol. Sus resultados arrojaron datos muy interesantes, primero que la ansiedad es un factor determinante para el acercamiento a la bebida, así mismo esto fue un determinante en el nivel de ansiedad que presentan los jóvenes en la cantidad de alcohol que consumen. Lo que justifican los jóvenes es el que esta sustancia facilita la interacción e inserción en los grupos sociales. Sin embargo, algo que es de suma relevancia, en su estudio se nota cómo a través del progreso escolar la cantidad en el consumo disminuye gradualmente, siendo el ingreso a la universidad donde se dispara.

Otro trabajo relevante es el realizado por Knight , Wechsler, Kuo, Seibring, Weitzman y Schuckit (2002) su trabajo buscaba estimar si existe abuso del alcohol en la población universitaria de Estados Unidos, para ello evaluaron a más de 14 mil estudiantes de 119 colegios, a través de la aplicación de un cuestionario que contenía elementos del DMS-IV correspondientes a la dependencia y abuso de las sustancias alcohólicas. Los resultados arrojaron que el 31% de los participantes resultó, bajo los criterios del DMS-IV, con un perfil de alcoholismo, pues muestran un gran abuso de la sustancia y de dependencia de la misma. Un facilitador al acceso al alcohol a estos jóvenes, al menos en Estados Unidos, son las fraternidades pues éstas tienden a beber más por semana, a dar facilidad a los chicos de acceso a las bebidas y por ende la ingesta se incrementa.

Beck, Arria, Caldeira, Vincent, O’Grady y Wish (2008) de igual forma trabajaron estaproblemática en Estados Unidos, sin embargo, ellos se enfocaron en examinar los contextos que rodean a los jóvenes universitarios para que se propicie el consumo de alcohol, aquí se evaluó durante 6 meses a 892 alumnos. Se aplicó a los participantes una escala de depresión y los problemas conductuales relacionados con la dependencia del alcohol, fueron tomados según el DMS-IV y se aplicó a su vez el The Social Context of Drinking Scales que mide el consumo de alcohol en 6 diferentes contextos. Tras el análisis de los resultados obtenidos se encontró que los estudiantes desde la secundaria se ven expuestos a las sustancias alcohólicas pero el momento de cambio a la educación superior y toda la inestabilidad que conlleva vuelve a estos chicos blanco vulnerable a desarrollar la dependencia de la bebida, pues mental y emocionalmente se ven afectados por los nuevos cambios que experimentan. Si a esto le agregamos un contexto familiar donde se aprueba el consumo de bebidas tendrán un sustento o una protección para defender su consumo o que el joven que experimente por ejemplo, depresión, encontrará en la bebida un escape al estrés, triste y encontrará felicidad o ánimo al ingerirlo.

Propósito

Es así que la principal problemática a tratar en el presente trabajo es el consumo de las sustancias psicoactivas, específicamente el alcohol, en la universidad, debido a que se presenta un incremento de éstas, y se ha convertido en una práctica frecuente entre adultos jóvenes que asisten a la educación media superior en nuestro país (Díaz-Martínez, Rodríguez-Machain, Díaz-Anzaldúa, Fernández & Hernández-Ávila, 2011), es por ello que se centrará el presente proyecto en identificar los factores que conducen a un universitario a consumir alcohol. Con lo cual se pretende dar la información necesaria para que en futuras investigaciones se puedan desarrollar intervenciones para que los universitarios disminuyan su consumo de alcohol de manera considerable, para mejorar sus relaciones con los demás y tener una mejor calidad de vida en general, puesto que el alcohol daña algunos órganos del cuerpo, lo cual afecta la salud en general.

2. MARCO CONCEPTUAL

Perspectiva

La teoría sociocultural surgió a partir del trabajo de Vygotsky, su idea principal se basa en que la contribución más importante al desarrollo cognitivo individual proviene de la sociedad. Vygotsky creía que los padres, parientes, los pares y la cultura en general juegan un papel importante en la formación de los niveles más altos del funcionamiento intelectual, por tanto, el aprendizaje humano es en gran medida un proceso social.

La teoría sociocultural se centra no sólo en cómo los adultos y los compañeros influyen en el aprendizaje individual, sino también en cómo las creencias y actitudes culturales influyen en cómo se desarrollan la enseñanza y el aprendizaje.

Causas del problema

El alcohol como el tabaco son las drogas más usadas y las que generan mayores problemas de salud pública en la actualidad. Evidencia empírica ha demostrado que el inicio temprano del consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias se asocia con una variedad de resultados negativos en la adolescencia tardía y la adultez temprana, como una posterior implicación más seria en el uso lícito e ilícito de drogas, comportamiento violento y delictivo, deterioro en la salud física y problemas de salud mental (Ellickson, Tucker y Klein, 2001; Griffin, Botvin, Doyle, Díaz, y Epstein, 1999; Newcomb y Bentler, 1988 en Gilbert y Kenneth, 2004). Pero el alcohol además de ser una droga, es también un elemento cultural de primer orden, esto se puede ver por ejemplo en la sociedad española, ya que es considerada como la tercera nación en la producción de dicha sustancia, teniendo la realización de fiestas como tradición, además de que es uno de los principales destinos turísticos en Europa, lo cual ha propiciado que exista una mayor accesibilidad al alcohol y a su consumo. Ésta es una droga legal, culturalmente muy arraigada e ideológicamente muy marcada (Calafat, 2002). A pesar de la incidencia del consumo y de sus consecuencias, es una droga bien vista por la sociedad, plenamente integrada a la cultura española y en sus costumbres y cuyos riesgos se minimizan socialmente (Lázaro, Campo y Carpintero, 2009). Por otra parte, esta influencia sociocultural puede estar mediatizada por la familia ya que la supervisión inadecuada y la falta de apoyo por parte de los padres se asocia de forma significativa con una iniciación temprana en el consumo de alcohol (Calafat y Amengual, 1999; Clark, 2005 en Lázaro et. al, 2009).

El consumo de alcohol en jóvenes suele llegar por las cuestiones sociodemográficas, muchas veces influyen las cuestiones escolares en las cuales se encuentran presentes los jóvenes, pero esto no implica que no exista el problema en escuelas privadas como en otras instituciones, puesto que muchas veces es considerado que en el ámbito público es más notoria la presencia del consumo, pero no es así. Es muy considerable que el consumo de alcohol es muy influenciado por los amigos y esto si se empieza como una adicción puede desencadenar muchas otras más (Cordoba, Bentancourth, Tacan, 2017; y Deodato, Nunes, Capelas, Seabra, Sarreira-Santos, y Madeiros-Garcia, 2017). El ingreso a la universidad y cambio brusco de ambiente de la preparatoria vuelve vulnerables a los jóvenes adultos a desarrollar una dependencia al alcohol, en esta etapa son susceptibles pues no tienen una estabilidad que los haga fuertes ante las adicciones, en ese momento tanto mental como físicamente sufren ya que les impide, según ellos, poder socializar (Knight J., Wechsler H., Kuo M., Seibring M., Weitzman E. y Schuckit M., 2002), el alcohol los ayuda a poder sobrellevar problemas escolares, problemas familiares, depresión, ansiedad y sobretodo ayudarlos a olvidar todas sus preocupaciones y a la vez los hace personas más sociales con unas copas se siente confiados y plenos para poder desenvolverse en los círculos sociales (Knight J.y col., 2002). Al entender cómo los hace sobrellevar los problemas les da cierto bienestar de tal forma que le genera emociones positivas esto llevándolo a tomar decisiones sobre su destino que pueden obtener al seguir consumiendo bebidas alcohólicas esto llevándolo a tener reacciones desadaptativas uno por la cuestión de la intoxicación y el cómo el conseguir emociones que les satisfagan su momento del día puede afectar su entorno. (Michelini, Acuña y Godoy, 2015)

En cuanto a los efectos que han tenido las medidas de prevención, Lázaro y colaboradores consideran que la influencia de la publicidad y del propio contexto sociocultural permisivo, puede estar contrarrestando, al menos en parte, las campañas informativas dirigidas a la prevención del consumo adolescente, por ello proponen que fomentar en el adolescente el desarrollo de recursos y habilidades personales le permitirán no sólo afrontar las situaciones de riesgo, sino también promocionar su bienestar psicosocial. Al igual que estos autores, Angiano, Vega, Nava y Soria (2010) y De la Villa Moral, Rodríguez y Sirvent (2006) tocan el papel de las habilidades con las que cuentan los individuos, por ejemplo: los que presentan pequeños o moderados problemas de abuso de alcohol u otras drogas pueden ser muy hábiles en otras situaciones, sin embargo, no son hábiles para resistir las presiones del grupo para la ingesta de estas sustancias, es decir, las habilidades pueden limitarse a una falta de asertividad frente a este tipo de situaciones. En cambio los individuos con problemas de adicción más graves podrían tener problemas de habilidades básicas a lo largo de una serie de situaciones; este déficit podría conducir, en casos más graves, al aislamiento social o a la dependencia extrema de la subcultura del alcohol u otras drogas, dándole así, una relevancia a la adquisición de habilidades para el afrontamiento de situaciones que impliquen la ingesta de dicha sustancia.

Algunas de las actitudes que favorecen el consumo de alcohol en los jóvenes son la distorsión en las percepciones de riesgo, las creencias erróneas sobre los efectos de las drogas, la escasa resistencia a la incitación grupal, la tendencia a permanecer en ambientes y con compañías incitadoras al consumo, las propias pautas de experimentación y la búsqueda de atención (De la Villa Moral et al., 2006). Por el contrario, cabe destacar que existen ciertas circunstancias que fungen como factores protectores ante el consumo, las cuales son las figuras maternales y los profesores; puesto que pueden ser un apoyo para los jóvenes, ya que pueden compartir sus problemas con ellos, además del apoyo entre compañeros o amigos (Deodato et al., 2017).

Por otro lado, también se han implementado mensajes en los medios de comunicación sobre seguridad y salud, siendo así que cuando están bien diseñados pueden tener una influencia considerable sobre la información, las actitudes y el comportamiento del público general. No obstante, dichos mensajes tienen que competir en atraer la atención de muchos otros contenidos, lo cual hace difícil que se les tome consideración (Ordoñana, Gómez y Galván, 2000 en Calafat, 2002)

A partir de la problemática que presenta el consumo de alcohol se ha encontrado que los tratamientos psicológicos, en el abuso y dependencia de sustancias, suelen ser efectivos. Para Jhanjee (2014) algunas intervenciones psicológicas como la terapia cognitivo conductual, la terapia de incremento de motivación y la prevención de recaídas suelen ser efectivas en diversas drogas y abusos de sustancias. Los tratamientos suelen ser más efectivos cuando se recetan una prescripción sustitutiva, que cuando se hacen de manera aislada, pero esto no significa que no resulten los tratamientos por sí solos. También sería una buena recomendación mezclar algunas terapias para una mayor eficacia.

Una de las intervenciones que se suele usar es llamada oportunista, ésta se ha establecido principalmente para problemas de consumo de alcohol, pero también se ha aplicado en pacientes que usan otras sustancias. El objetivo de la intervención es ayudar al paciente a comprender que su consumo de sustancias los pone en riesgo y alentarlos a reducir o abandonar el consumo de éstas. En general, están dirigidos al uso problemático o riesgoso de sustancias, pero no están destinados a tratar con personas que tengan problemas graves de uso de sustancias como lo son los adictos o dependientes. Sin embargo, los pacientes con problemas de dependencia más graves pueden ser remitidos a una agencia especializada en el tratamiento de drogas.

Otra terapia es la de prevención de recaídas, cuyo objetivo es mantener las ganancias del tratamiento que alguna ocasión tuvo el paciente. Pero actualmente también es utilizado como técnica de tratamiento, en la cual el paciente debe identificar las situaciones riesgosas, los factores desencadenantes del deseo, desarrollar habilidades para controlar los antojos y otras emociones dolorosas, es decir, aprender a lidiar con la situación (Jhanjee, 2014).

3. MÉTODO

Pregunta de investigación

¿Cuáles son los factores que conducen a un universitario a consumir alcohol?

Hipótesis de Trabajo

Los investigadores nos planteamos la hipótesis, que la ingesta en jóvenes de bebidas alcohólicas se ve fuertemente relacionada a sus relaciones interpersonales en los distintos contextos que se desenvuelven

Procedimiento

Factores de incidencia o variables

Algunos factores que incitan el consumo de alcohol son la presión social, la falta de habilidades para su afrontamiento, algún problema familiar o existencial, la poca información acerca de las consecuencias que éstos producen en el consumo, entre otros.

Selección de la muestra

La muestra estuvo conformada por 10 alumnos de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala que se encontraban en el inicio de consumir alcohol de manera frecuente (mínimo una vez a la semana), los cuales fueron seleccionados por disponibilidad y cumplimiento de los criterios antes mencionados.

Instrumentos de observación

Breve Escala Sobre Dependencia Al Alcohol (BEDA), con el fin de saber la dependencia que presentan los participantes (Pretest).

Inventario Situacional de Consumo de Alcohol (ISCA), cuyo propósito será identificar las situaciones en las cuales el participante presenta el consumo.

4. RESULTADOS

Obtención de datos

En el participante A se realizaron ambos cuestionarios el día 25 de Abril del 2018 con una duración aproximada de 25 minutos en el salón A-6004 de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.

El objetivo de dichos cuestionarios era saber el consumo que tiene el participante y bajo qué circunstancias lo hace. El participante se notaba relajado y no hizo ninguna pregunta al aplicador.

En cuanto al participante E, se le aplicó el conjunto de cuestionarios en el salón A-6004, el día 26 de abril del presente año en la FES Iztacala, en un tiempo de 28 minutos; mostrando concentración absoluta en cada pregunta que respondía, sin embargo, tenía una postura algo rígida, esto puede deberse a que tenía un compromiso posteriormente.

En el caso del participante G de igual manera se le realizaron ambos cuestionarios, la duración aproximada fue de 30 minutos y se aplicó el 26 de Abril del 2018 en el aula A-6004 de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.

El participante se notaba relajado y cómodo y no hizo ninguna pregunta al aplicador.

Respecto al participante J, la aplicación de ambos cuestionarios se realizó el día 26 de Abril del 2018, en el aula A-6004 de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, con una duración aproximada de 30 minutos.

El participante se notaba cómodo y sólo realizó una pregunta al aplicador.

Las condiciones en las que se encontraban todos los participantes anteriores fueron buenas, una iluminación y silencio adecuados.

Para el participante H, se le aplicaron ambos cuestionarios en los pastos de las canchas de la FES Iztacala, dicho participante tardó alrededor de 17 minutos para contestarlos, en un inicio hizo mención de que consideraba no ser una persona que consumiera alcohol, sin embargo, los puntajes que reflejan sus respuestas, muestran lo contrario. Se notó sorprendido una vez terminó de contestar ambos cuestionarios debido a los puntajes que notó en varias de sus respuestas.

El día 25 de abril del año presente se realizó en la entrada de la Facultad de estudios Superiores Iztacala alrededor de a las 2:10 de la tarde, se realizó en esta locación por la petición de los participante pues estarían ingresando a esa hora a la institución. Los participantes I, Y y M, se encontraban tranquilos y relajados contaban con el tiempo para realizarlo y sin presión por tener otro compromiso que les exigiera estar a tiempo. Se llevaron 20 minutos en realizarlo, su postura durante la realización era muy relajada tuvieron pregunta si se podían emplear un seudónimo para la investigación.

El martes 1° de mayo del presente año se realizó en el hospital general de zona no 24 Insurgentes alrededor de las 9 de mañana, se le preguntó a una chica que se encontraba en la zona de urgencias que si pudiera ayudarme a hacer unos cuestionarios. El participante MF, no se encontraba nervioso o alarmado y tuvo tiempo necesario al contestar, tardándose 25 minutos en contestarlo. Se notó accesible en todo momento.

Análisis de datos

Tras la aplicación de los inventarios y la recolección de datos con base en los resultados de la muestra seleccionada para el presente estudio, se han organizado para presentarse en función de las subescalas para la calificación del inventario.

Primeramente para el cuestionario BEDA los puntajes obtenidos para cada participante oscilación entre el 10 y 19 lo cual para los participantes A, J, M, E, H, JN corresponde a una dependencia media al alcohol, mientras los participantes G, I e Y tienen una dependencia baja al alcohol, el único resultado exorbitante es de la participante MF, el cual indica que es una dependencia severa con un puntaje de 35, lo que nos sugiere que el sexo no es un factor que influya en la dependencia del alcohol, al menos en la muestra seleccionada.

Figura 1. Puntaje por participante en la escala BEDA.

Ahora bien, en el Inventario Situacional de Consumo de Alcohol los resultados fueron los siguientes:

Para la subescala “Emociones desagradables” los índices fueron de riesgo moderado, a excepción de los participantes Y, M y MF quienes tuvieron índices de bajo, muy alto y alto riesgo respectivamente, dicho de otra manera, la mayoría de los participantes consumen en ocasiones cuando no se sienten a gusto con algún aspecto de su vida dado que posiblemente les esté causando algún conflicto.

Figura 2.Puntaje de los participantes Y, M y MF obtenido en Emociones desagradables.

Para la subescala “Malestar físico” la mayoría se encuentra en un riesgo moderado a excepción de los participantes Y y E quienes se encuentran con un riesgo bajo, es decir, cuando tienen algún malestar que les provoque ansiedad, falta de concentración, imposibilidad para dormir o cansancio tienden a tomar de manera regular pero no excesiva.

Figura 3. Puntaje de los participantes Y y E obtenido en Malestar físico.

En la subescala “Emociones agradables” se encontraron riesgos moderados y altos, con excepción de los participantes M y MF quienes se encuentran con un índice de riesgo muy alto, esto significa que, cuando las cosas en la vida de los jóvenes marchan bien consumen más.

Figura 4. Puntaje de los participantes M y MF obtenido en Emociones agradables.

Para la subescala “Probando autocontrol” se encontraron riesgos moderados para la mayoría de los participantes exceptuando a los participantes M, A y JN, quienes obtuvieron un riesgo muy alto y bajo para los dos últimos, lo cual refleja que la percepción de los participantes de tener el control sobre su modo de consumir los ha llevado a seguir bebiendo.

Figura 5. Puntaje de los participantes M, A y JN obtenido en Probando autocontrol.

En la subescala “Necesidad o urgencia por consumir” se encontró que la mitad de los participantes obtuvieron un riesgo moderado, mientras que la otra mitad tuvo un riesgo alto, muy alto, alto y bajo para los participantes J, M, I y Y respectivamente, lo cual nos indica que los jóvenes al tener presente las bebidas alcohólicas y lugares o características relacionadas con éstas son factores que influyen en su consumo.

Figura 6 Puntaje de los participantes obtenido en Necesidad de consumo.

Respecto a la categoría “Conflicto con otros” sólo los participantes M, Y y JN obtuvieron un riesgo diferente al moderado, siendo así que el primero tuvo un riesgo alto, mientras que los dos últimos tuvieron un riesgo bajo, esto nos indica que las críticas de otros, peleas, discusiones o algún otro problema relacionado con las demás personas generan una necesidad por desahogar tales malestares con la bebida.

Figura 7. Puntaje de los participantes M, Y y JN obtenido en Conflictos con otros.

En relación a la “Presión social” los participantes J, M y JN a diferencia de todos los demás obtuvieron un riesgo alto, es decir que el encontrarse en una situación en la cual la persona se vea comprometida será más probable que acepte consumir.

Finalmente para la subescala “Momentos agradables” los participantes J, M, G y JN obtuvieron riesgos muy altos para los dos primeros mientras que los dos últimos riesgos altos únicamente, lo que significa que la convivencia grata con sus iguales genera un motivo más para tomar.

Figura 8. Puntaje de los participantes J, M y JN obtenido en Presión social.

Para “momentos agradables” podemos destacar que los jóvenes demuestran una mayor tendencia a consumir alcohol por dichas situaciones, mostrando a los participantes A, Y, E e I con un consumo en un “riesgo moderado” y en los casos de G, J, M, Jn Y Mf se encuentra en un estado de consumo que va de “alto” a “muy alto” ningún participante demuestra un consumo alto en esta subescala.

Podemos encontrar el contraste entre el participante Y y M, donde Y demuestra encontrarse en predominantemente en un estado de “Riesgo bajo” respecto al consumo de sustancias alcohólicas, mientras que M demuestra una tendencia a ubicarse en la categoría “Muy alto riego” mostrando cómo el consumo puede repercutir en varios ámbitos de su vida y aun así mostrarse como necesidad primordial.

Figura 9. Puntaje de los participantes M, Y y JN obtenido en Momentos agradables.

5. DISCUSIÓN

Consideraciones polémicas

Algunos de los puntos controversiales que se suscitaron a lo largo de la elaboración del proyecto fueron en relación a la pregunta de investigación ya que se consideraba que tal vez se iba a sugerir una intervención, pero además se planeaba en algún momento hacer una comparación de algunas técnicas para la disminución del consumo de alcohol, lo cual no fue viable por el tiempo y el tipo de investigación que se estaba haciendo. Por esta razón se decidió cambiar la pregunta a una que se pudiera responder con los instrumentos utilizados.

La parte de literatura acerca del problema de consumo de alcohol en jóvenes universitarios se centran y se manejan en que siempre se va ver relacionado con las cuestiones sociales en las que se desenvuelven, una de ellas, es la cuestión de obtener “la libertad”, debido a la obtención de la mayoría de edad y la capacidad económica un poco mayor a la que tienen los jóvenes en la preparatoria o bachillerato. Otro punto en el aspecto social es el caso de presiones sociales: cuando los jóvenes se encuentran en presiones por la familia y amigos, así como problemas con estos mismos grupos sociales, pudiendo ver un escape al uso del alcohol y llegar a tener encuentros desagradables. El beber alcohol se ha incorporado a su ritmo de vida de tal forma que se ha derivado en una necesidad que se debe de cubrir, llevándolos a brindar mayor importancia a la bebida causando un desenfreno en su ingesta denotando como se ha visto en un bajo autocontrol para regular el consumo en ellos respecto al alcohol.

Otro aspecto a destacar es que, la muestra que se empleó durante esta investigación, fue homogénea, es decir que ambos sexos se emplearon, con ello los resultados no se inclinaron hacia ninguno de los dos. Ambos sexos presentaron puntajes similares, demostrando que la cuestión de la dependencia al alcohol no es una cuestión de sexo como erróneamente se podría creer, sino de una índole socio-cultural.

Diseño de Intervención PsicoEducativa

Taller: Sin bebidas en la vida.

Objetivo: Exponer a los jóvenes las problemáticas físicas, académicas y sociales que pueden aparecer en sus vidas debido al abuso del alcohol.

Sesión 1: Mini seminario: El alcohol un peligro para la juventud.

Se preparará un seminario por parte de los psicólogos para los partícipes cubriendo rubros que evalúa el ISCA; grupos sociales, estado de ánimo, percepción sobre el alcohol, acercamiento a la bebida entre otras. Los datos serán obtenidos de investigaciones e instituciones nacionales esto para buscar la empatía de los jóvenes y darles una semblanza del contexto en el cual viven.

Sesión 2: Lo que he vivido

Durante dicha sesión habrán varias personas que van a dar testimonio de lo que han vivido a causa del alcohol, todas las experiencias desagradables que tuvieron en determinado momento, además de las consecuencias que les trajo a nivel fisiológico y cognitivo, y aunado a esto cómo ha influido en sus círculos sociales.

Sesión 3: ¿Cómo lo puedo detener?

Los jóvenes al conocer los antecedentes de las otras personas, tanto experiencias como daños, compartirán una posible solución que consideren adecuada para que puedan llegar de manera asertiva a un consumo mínimo de alcohol durante su vida de estudiante, así como de adulto.

Sesión 4: Cierre y evaluación.

Esta sesión se dedicará a resolver dudas y concretar ideas confusas que hayan quedado tras las tres previas, se alentará a que los partícipes compartan sus perspectivas del taller que se implementó y de sí mismos exponiendo el impacto que haya tenido en ellos. Al finalizar esta actividad, se aplicará nuevamente un cuestionario para poder observar el impacto real que causó a los jóvenes lo visto en las sesiones, el cuestionario será diseñado en base al ISCA.

Implicaciones

Algunos de los beneficios que se obtendrían a partir de los talleres son que los jóvenes se darían cuenta de que el consumo excesivo del alcohol puede traer consecuencias que no son agradables para ellos, además de que algunas personas cercanas a ellos pueden verse heridas e incluso alejarse de ellos debido a ciertos comportamientos generados por la ingesta de bebida.

Debido a esto, bajaría la ingesta de alcohol en los universitarios, pues tratarían de evitar las consecuencias negativas que genera su consumo.

Algunas de las limitaciones que se tendrían son que tal vez no se logre concientizar a algunos de los chicos debido a sus actitudes ante el taller. Esto podría darse al no poner ellos la suficiente atención, el que no vean relevante/importante la información o la perciban distante a su caso.

6. CONCLUSIONES

Aportaciones

El objetivo de la presente investigación fue identificar qué causas llevan a los jóvenes universitarios a consumir bebidas alcohólicas. Podemos encontrar que con base en los resultados la mayoría de los participantes mostraron estar en un riesgo moderado en el consumo de alcohol cuando se encuentran en situaciones de su vida que los hagan sentirse inconformes y posiblemente causandoles algún conflicto, de igual forma se encontró que la mayoría de los participantes tienden a beber de manera moderada cuando tienen algún malestar que les provoque ansiedad, falta de concentración, imposibilidad para dormir o cansancio. Esto parece coincidir con lo planteado por Knight y colaboradores (2002), quienes consideran que el alcohol ayuda a los jóvenes universitarios a poder sobrellevar problemas escolares, familiares, depresión, ansiedad y sobretodo ayudarlos a olvidar todas sus preocupaciones.

Por otra parte, en la mayoría de los participantes se manifestó que al tener presente las bebidas alcohólicas y lugares o características relacionadas con éstas son factores que influyen en su consumo, esto parece coincidir con el fácil acceso que tienen los jóvenes para obtener dichas bebidas ya que en palabras de Calafat (2002): el alcohol además de ser una droga legal, está también culturalmente muy arraigado e ideológicamente muy marcado, y a pesar de la incidencia del consumo y de sus consecuencias, es una droga bien vista por la sociedad (Lázaro et. al, 2009), por ello se puede decir que el fácil acceso a su consumo está dado en gran medida a éste tipo de cultura no restrictiva. Otro dato interesante para discutir y que se encuentra estrechamente relacionado con lo planteado anteriormente es que la percepción que tienen los participantes de tener el control sobre su modo de consumir los ha llevado a seguir bebiendo, es decir que, en una sociedad donde el consumo forma parte de la cultura, se es tolerante y bien visto lo cual hace más difícil discernir que se está comenzando con un consumo cada vez más frecuente o no es considerado como un posible riesgo sino por el contrario, como algo común, lo cual coincide con los hallazgos en el presente estudio donde todos los participantes se encontraron por encima de riesgo moderado, lo que sugiere que cuando las cosas en la vida de los jóvenes marchan bien consumen más o se vuelve un motivo más para festejar.

Con base a los resultados de la categoría “Conflicto con otros” se pudo encontrar que las críticas de otros, peleas, discusiones o algún otro problema relacionado con las demás personas generan una necesidad por desahogar tales malestares con la bebida, esto coincide con lo planteado por Michelini et. al, (2015) quienes mencionan que los jóvenes al entender cómo la bebida los hace sobrellevar los problemas les da cierto bienestar, de tal forma que les genera emociones positivas lo cual los lleva a tomar decisiones sobre su destino que pueden obtener al seguir consumiendo bebidas alcohólicas.

En cuanto a la presión social se encontró que todos los participantes se mantienen en un riesgo moderado y alto al estar en situaciones donde se vean comprometidos al tener que beber debido a la presión que ejercen otros sobre ellos. Con respecto a este punto Córdoba, et. al (2017) y Deodato et. al (2017) mencionan que el consumo de alcohol es muy influenciado por los amigos y esto si se empieza con una adicción puede desencadenar muchas otras más. Por otra parte, Angiano et. al, (2010) y De la Villa Moral et.al,(2006) al respecto, plantean que los individuos que presentan pequeños o moderados problemas de abuso de alcohol u otras drogas pueden ser muy hábiles en otras situaciones, sin embargo, no lo son en la resistencia de las presiones del grupo para la ingesta de estas sustancias, es decir, las habilidades pueden limitarse a una falta de asertividad frente a este tipo de situaciones. Es importante resaltar que la falta de habilidades para poder afrontar las diversas situaciones que se le presentan al joven universitario a lo largo de su paso por la universidad probabilizan su consumo ya que como lo menciona Knight y colaboradores (2002) el ingreso a la universidad y el cambio brusco de ambiente de la preparatoria vuelve vulnerables a los jóvenes adultos en el desarrollo de una dependencia al alcohol, ya que en esta etapa son susceptibles pues no tienen una estabilidad que los haga fuertes ante las adicciones. Según los jóvenes universitarios el alcohol los hace personas más sociales, con unas copas se sienten confiados y plenos para poder desenvolverse en los círculos sociales (Knight et. al, 2002).

Finalmente, tenemos que, también algunas de las actitudes que favorecen el consumo de alcohol en los jóvenes son la distorsión en las percepciones de riesgo, las creencias erróneas sobre los efectos de las drogas, la escasa resistencia a la incitación grupal, la tendencia a permanecer en ambientes y con compañías incitadoras al consumo, las propias pautas de experimentación y la búsqueda de atención (De la Villa Moral et al., 2006).

Colofón

La importancia de abordar el consumo de alcohol estriba en que afecta a los jóvenes en su vida social, educativa y hasta laboral, pero esta afectación no solo sucede en México, sino en todo el mundo y debemos de hacer hincapié sobre el cómo debemos manejar la situación, y a su vez hacer que exista una disminución del consumo, además de que los mismos jóvenes se involucren entre ellos para lograr dicha meta.

Lo más relevante del presente proyecto es que nos brinda un análisis de la problemática del alcoholismo y se mencionan algunos de los tratamientos empleados. Además de que los resultados obtenidos en dicho proyecto nos brindan información acerca de cuáles son las situaciones en las que comúnmente los jóvenes universitarios consumen alcohol, uno de los aspectos más relevantes que se pudo encontrar fue la presión social, pues esta es la que en muchas ocasiones impulsa a los jóvenes a consumir bebidas.

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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