PsicoEducativa: reflexiones y propuestas

Vol. 7, Núm. 14, 2021


La deserción escolar: un caso de educación en línea

Esly Abigail Hernández Miranda (*) abigail.miranda0499@gmail.com
Karina de la Cruz Hernández (*) hernandezzz.karina@gmail.com
Demian Ernesto Rojas Contreras (*) deco.contreras1@gmail.com
Jesús Antonio Guzmán Serna (*) jebusguzman@gmail.com

Estudiante de la carrera de psicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM

RESUMEN

La UNAM cuenta con un sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) encargado de ofrecer estudios universitarios a personas que no tienen la posibilidad de acudir a estudiar presencialmente a un aula de clases por distintas situaciones. Pese a que esta modalidad de estudios ofrezca un modelo educativo flexible no se salva del fenómeno de la deserción escolar, es por ello que se aplicó una encuesta de 39 preguntas a estudiantes de SUAyED en torno a esta temática en donde se encontró que las principales problemáticas a las que se enfrentan estos estudiantes, son las deficiencias en la comunicación con los profesores y errores en las estrategias de organización de tiempos para realizar sus tareas de manera eficiente sin dejar de lado sus compromisos laborales.

Palabras clave: Deserción estudiantil, UNAM, educación en línea/distancia , SUAyED.

ABSTRACT

The UNAM has a system of Open University and Distance Education (SUAyED) in charge of offering university studies to people who do not have the possibility of going to study in person at a classroom for different situations. Although this modality of studies offers a flexible educational model, it is not saved from the phenomenon of school dropout, which is why a survey of 39 questions was applied to SUAyED around this theme where it was found that the main problems faced by these students, are the deficiencies in communication with teachers and errors in time organization strategies to perform their tasks efficiently without leaving aside their work commitments.

Keywords: Dropout from higher education, UNAM, online/distance education, SUAyED.

Cómo citar este texto: Hernández, E. A., De la Cruz, K., Rojas, D. E. y Guzmán, J. A. (2021). La deserción escolar: un caso de educación en línea PsicoEducativa: reflexiones y propuestas , 7(14), 42-53.

1. INTRODUCCIÓN

Problemática general

Definir de manera precisa el fenómeno de la deserción escolar es una tarea compleja debido a que son muchos los aspectos que la acontecen. De tal forma se debe entender que no existe una conceptualización única y oficialmente establecida y que son varios los autores que se dan a la tarea de hacer investigaciones respecto a este tema y dependiendo del uso o dirección de su trabajo es cómo cambian o modifican el significado del abandono escolar, al igual que el peso que le dan a cada uno de los factores que intervienen.

Una de estas muchas definiciones e la propuesta dada por Rodríguez-Hernández (2008, citado en Sánchez y del Pilar, 2012) quien señala que esta deserción estudiantil puede entenderse, sencillamente, como la disolución del vínculo estipulados a través de la matrícula académica, por cualquier causa, ya sea por parte del estudiante o de la universidad y este fenómeno tiene graves efectos financieros, académicos y sociales para ambos. Otra definición para poder entender este suceso es la proporcionada por Canales y de los Ríos (2007, citado en Sánchez y del Pilar, 2012) donde comprenden a la deserción como la suspensión definitiva o temporal, voluntaria o forzada, que se puede distinguir por diferentes modalidades, tales como: abandono de la carrera, abandono de la institución y el abandono del sistema de educación superior. Además, Logros (2011, citado en Sánchez y del Pilar, 2012) entiende que factores comunes a ella son vocacionales y económicos.

Además, Fiegehen y Díaz (2016, citado en Zamora, Andrey & Villalobos, 2018), concuerdan en definir a la deserción escolar como:

“un proceso de abandono de la carrera en la que se matricula un estudiante, el cual se da de manera voluntaria o forzosa por circunstancias internas o externas del mismo estudiante. Se habla de deserción escolar cuando el alumno abandona de manera prematura el programa de estudios que cursa, antes de obtener un diploma o título, en un período de tiempo suficiente para descartar toda posibilidad de que éste regresará a seguir estudiando. Desde una perspectiva institucional, la deserción se define como abandonar un centro educativo antes de completar el curso de estudios” (Zamora, Andrey y Villalobos, 2018).

Por otro lado, se encontró que el modelo sociológico de Spady (1970, citado en Sánchez y del Pilar, 2012) explica que la decisión de desertar obedece a la dificultad de integrarse con el entorno de la educación superior; aquí adquiere enorme importancia el ambiente familiar, porque afecta al potencial académico y la congruencia normativa, ésta última tiene directa relación con el rendimiento académico, el desarrollo intelectual, el apoyo de los pares y la integración social. Añadiendo que Ethington (1990, citado en Sánchez y del Pilar, 2012) incorpora la teoría de los logros añade atributos a los de la perseverancia, elección y desempeño y sostiene, asimismo, que el rendimiento académico previo influye en el desempeño futuro del estudiante.

Al iniciarse el siglo XXI, nueve de cada diez niños y niñas latinoamericanos tienen acceso a la educación primaria. No obstante todavía se observa América Latina tasas de deserción escolar temprana, muy elevadas; subsisten importantes deficiencias y retrasos en materia educacional, pues una proporción muy elevada de niños y niñas sigue abandonando tempranamente el sistema escolar y un alto porcentaje de los adolescentes que transitan del ciclo básico al medio desertan de este antes de completarlo, sin haber alcanzado el capital educacional mínimo y las destrezas requeridos para mantenerse fuera de la pobreza durante la vida activa, incumpliéndose así los derechos a la educación consagrados en las declaraciones internacionales pertinentes (Espíndola y León, 2002).

Datos revelados por el Instituto de Estadística de la UNICEF, indican que en 2010, aproximadamente 32,2 millones de estudiantes de educación primaria repitieron el grado en el que se encontraban y 31,2 millones desertaron de la escuela y, probablemente, nunca más regresen a las aulas Las tasas totales de acceso a una educación postsecundaria son aún bajas incluso en la población más joven en casi todos los países latinoamericanos (Torres, Acevedo, y Gallo, 2015).

Dentro del abandono escolar se identifican dos tipos distintos de abandono, el primero es el parcial que ocurre cuando el alumno deja de inscribirse por diversas razones a los cursos de la institución, pero más tarde regresa a retomar sus estudios en el mismo o diferente curso. El segundo es el abandono total, que se presenta cuando el estudiante abandona sus estudios de forma completa y no vuelve a inscribirse al curso en el que estaba ni a otro curso distinto (Zamora, Andrey y Villalobos, 2018).

De acuerdo con la investigación de Rodríguez y González (2005, contenido en Ariza & Marín, 2009) dentro de las causas registradas para la deserción se incluyen variables sociales, familiares, económicas, personales e institucionales, por lo que se sugiere abordar esta problemática desde sus diferentes dimensiones

Fiegehen y Díaz (2016) y Sánchez y del Pilar (2012) proponen cuatro categorías de agrupamiento sobre las distintas y principales causas que llevan a los jóvenes universitarios a desertar, la primera corresponde a las causas externas al sistema de educación superior en donde se refieren a las condiciones socioeconómicas del estudiante y de su grupo familiar, específicamente al lugar de residencia; su nivel de ingresos; el nivel educativo de los padres; el ambiente familiar y la necesidad de trabajar (factor ambiental). La segunda se refiere a las que le provienen del sistema e instituciones escolares, por ejemplo el incremento de la matrícula, las nulas ayudas estudiantiles, créditos y becas; las políticas de admisión (abierta o selectiva); el desconocimiento de la profesión y metodología de las carreras y el ambiente educativo (factor institucional). La tercer categoría corresponden a las causas de orden académico, tales como la formación académica previa de los alumnos, los exámenes de ingreso, el nivel de aprendizaje adquirido, la excesiva orientación teórica y la escasa vinculación de los estudios con el mundo laboral, la falta de orientación por parte de los profesores, la falta de información al elegir la carrera y la excesiva duración de estudios de algunas carreras (factor académico) y por último la cuarta categoría referida a las causas personales de cada estudiante, aquí se da lugar a sus aspiraciones y motivaciones personales, su insuficiente madurez emocional, el grado de satisfacción que tenga con la carrera, las dificultades personales que presente para integrarse y adaptarse, su falta de aptitudes, y las habilidades o interés que tenga por la carrera escogida (factor personal).

Sittichai (2012) comparte planteamientos sobre la extensa variedad de factores y razones que orillan al estudiante a abandonar la universidad, sin embargo él enfatiza en que son sólo tres los factores de mayor influencia. El primero que menciona es el atributo individual del estudiante, incluyendo su raza, género y capacidad académica, el segundo es sobre las experiencias previas a la universidad, en donde incluye el promedio de calificaciones de la escuela y logros académicos y sociales que se han tenido en la trayectoria escolar, finalmente el tercero se refiere a los antecedentes familiares del estudiante, incluyendo el estatus social, los climas de valor y los climas de expectativa.

Por esta cuestión, la deserción representa un fenómeno de estudio, no sólo por las implicaciones económicas y sociales que representa para un país, también por las repercusiones personales que el abandono de estudios tare a los estudiantes y a sus familias.

En el caso de los estudiantes universitarios, la deserción escolar, se manifiesta a través de distintos comportamientos, tales como el Abandono o la suspensión voluntaria y definitiva de los estudios académicos, la salida de alumnos debido a sus deficiencias académicas y bajo rendimiento escolar y como cambio de carrera o de institución (Fiegehen & Díaz, 2016)

En este sentido, Saldaña y Barriga (2010 contenido en Gardner, L.; Dussán, C. & Montoya, D. 2016) refieren que son de importancia las metas y compromisos del estudiante, relacionados tanto con sus propias aspiraciones académicas como con la institución a la que piensa ingresar destacando que, un alumno con buen rendimiento escolar, tenderá a completar una carrera universitaria.

England-Bayrón (2012) afirma que las interacciones positivas aumentan la integración social y académica e incrementan así la persistencias para obtener un título universitario. Por el contrario, a menor grado de interacción académica y social, más probable es que un estudiante abandone la institución. (Gardner, L.; Dussán, C. & Montoya, D, 2016).

Problemática específica

En los últimos años han habido grandes cambios en cuanto a las modalidades de educación en distintos niveles educativos, tales como en la universidad y en la preparatoria que ofrecen la posibilidad de realizar los estudios de manera no presencial, sino mediante educación en línea o educación a distancia, la cual se define como un sistema con base tecnológica que cambia el modo de interacción entre el docente y el alumno en el contexto de un aula presencial por la acción de diferentes recursos didácticos organizados online que permiten el aprendizaje auto-gestionado por el alumno, posibilitando el aprendizaje sin mediar coincidencia en tiempo y/o en espacio entre docente y alumno (Escanés, Herrero, Merlino, & Ayllón, 2014).

Entre los años 2000 y 2001 el Centro Nacional de Estadísticas de Educación informó que en los Estados Unidos más de tres millones de estudiantes continuaron su educación post secundaria a través de educación a distancia, pero también que había registros de que estos estudiantes tenían una tasa de deserción más alta, el 45 por ciento. la educación a distancia resulta ser una opción viable para la mayoría de las personas que buscan obtener títulos y educación profesional continua (Frydenberg, 2007), pero al mismo tiempo, esta modalidad de estudio también es una alternativa frente a las barreras de ingreso y permanencia universitaria a la que se enfrentan muchos estudiantes, desde los que no logran ingresar, hasta los que no logran permanecer y terminar sus estudios en las universidades convencionales por distintos motivos (Escanés, et al. 2014).

El proceso de enseñanza-aprendizaje difiere en gran medida del tradicional, por el uso de tecnología y el escenario donde se lleva a cabo, Moore y Kearsley (1996, contenido en Cerda 2002) precisan algunos componentes comunes que diferencian la educación a distancia de la tradicional, primero, la efectividad es altamente dependiente de que tan bien se use la tecnología para apoyar el aprendizaje, debido a la separación de tiempo y espacio entre alumnos y docentes, debe haber un énfasis especial para estimular la participación, reduciendo la potencial ansiedad generada por este ambiente no tradicional.

En este sentido, Moore en 1993 (citado por Cerda 2002) ofrece una teoría de educación a distancia, la cual está integrada por dos dimensiones: comunicación transaccional y autonomía del estudiante. La primera se define como el espacio generado por la separación entre el alumno y el profesor la cual se puede traducir a una pérdida potencial de comprensión, Moore reconoce que esta separación afecta el proceso de enseñanza-aprendizaje, genera conductas particulares en el profesor y el alumno dando como resultado una distancia transaccional compuesta por dos elementos: el diálogo producido entre el alumno y el profesor empleando los medios de comunicación, por lo que la estructura refiere al diseño de los cursos, y materializa la capacidad de cada programa de educación a distancia de atender necesidades particulares.

La segunda dimensión hace referencia a la autonomía de los alumnos, la cual está en estrecha relación con el grado de distancia transaccional que cada alumno posee; si el programa es poco estructurado y no permite tener oportunidades de diálogo, los estudiantes necesitarán de un mayor nivel de autonomía.

Pareciera que la modalidad a distancia supone desde el inicio una situación de desventaja respecto a la modalidad presencial (Escanés, et al. 2014), las tasas de deserción parecen ser significativamente más altas; en el Informe de Educación a Distancia del 15 de abril de 2002: Las tasas de deserción llegaban hasta el 50% (Frydenberg, 2007).

En 2011, Lee y Choi revisaron investigaciones acerca del abandono de cursos en línea, ellos afirmaban que tales investigaciones se han centrado mayoritariamente en analizar las causas del abandono a nivel de curso y que el principal desafío subyace en que no se tiene 100% que el estudiante que ha desertado, vuelva a retomar sus estudios en años posteriores, ya que para lo que unos pueden significar deserción para el alumno pueda ser sólo un descanso. También señalan que estudios no definen de forma clara el abandono de los cursos en línea, y que aunque lo intentan, las definiciones no son consistentes entre sí.

Un fenómeno que se logra ver constantemente durante los primeros semestres es que se sigue un patrón similar de deserción, ya que esta resulta ser más alta y luego en los semestres posteriores disminuye (Grau-Valldosera, & Minguillón, 2014).

La educación superior contribuye al desarrollo económico, social y tecnológico de un país. En México, las Instituciones de Educación Superior (IES), desde la expansión de este nivel educativo, en los años 70, han crecido de forma acelerada con el propósito de atender la demanda por parte de la población en edad de cursar estudios universitarios; esto ha llevado a una mayor absorción del bachillerato y, por tanto, a una mayor cobertura y a una diversificación de las modalidades educativas a través de los sistemas: escolarizado, semipresencial y a distancia.

Desde 1997, a través del SUAyED, la UNAM busca “ofrecer educación pertinente y con calidad a grandes sectores de la población. Es una propuesta educativa y democratizadora caracterizada por su innovación y flexibilidad, con implicaciones importantes en relación con el diseño de propuestas curriculares… así como respecto del desarrollo de los procesos de formación, evaluación y mejoramiento continuo de cada parte del sistema” (Pérez, 2019).

La universidad abierta es definida como una modalidad educativa que se rige por los principios de: 1) flexibilidad de espacio y tiempo, y 2) aprendizaje autónomo, apoyado por materiales. Da “lugar a metodologías mixtas de enseñanza-aprendizaje” (UNAM-CUAED, 2014). Por su parte, la educación a distancia es conceptualizada como una modalidad educativa que acompaña el trabajo del alumnado a través de una plataforma informática y educativa “diseñada exprofeso para garantizar una comunicación fluida entre el alumno y sus asesores, el alumno y sus compañeros, así como el acceso a los materiales didácticos y las actividades de aprendizaje y evaluación” (citado en Pérez, 2019). Estas universidades, pioneras en la oferta educativa flexible, han ido aumentando su matrícula tanto de pregrado como de grado, de la misma forma que sucede en México, con la UNAM que, en 2018, albergó en el Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) a 32 315 estudiantes del nivel licenciatura en tres de sus cuatro áreas.1 La matrícula está concentrada en el área de Ciencias Sociales, con casi 65% (UNAM, 2018).

Se considera que el impulso por fortalecer este nivel educativo tiene que ver con la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, celebrada en 1998, donde se plantearon retos para el siglo XXI con énfasis en la democratización y en la justicia, asumiendo a la educación como un bien público y social. Entre las posibles acciones a seguir por las IES estaba la enseñanza a distancia como una manera “de reforzar la igualdad de oportunidades” (UNESCO, 1998) con el apoyo de las tecnologías, que “seguirán modificando la forma de elaboración, adquisición y transmisión de los conocimientos... [por lo que será preciso] crear nuevos entornos pedagógicos, que van desde los servicios de educación a distancia hasta los establecimientos y sistemas ‘virtuales’ de enseñanza superior”, además de favorecer el acceso de la población adulta “creando oportunidades de aprendizaje, de maneras flexibles, abiertas y creativas” (Pérez, 2019).

Lo anterior ha sido relevante porque, tradicionalmente, los demandantes de la educación terciaria son adolescentes y jóvenes, hablando del nivel licenciatura, en modalidad escolarizada, mientras que los programas académicos de SUA y educación a distancia (ED) fueron diseñados para una población adulta que, por lo general, no ha podido acceder a una formación profesional y que es ajena a las características de los indicadores teóricos y normativos para cursar estos estudios. No obstante, y a pesar de estos esfuerzos, una problemática común en las distintas modalidades es el abandono, sobre todo en el primer año de estudios (Tinto, 1987).

El abandono se ha estudiado, en mayor medida, entre la población tradicional y se sabe poco sobre el porqué abandona el alumnado los programas abiertos y a distancia, quizá porque estas metodologías son recientes y por su complejidad. Sin embargo, estas matrículas están en aumento, ya que los aspirantes a estudios superiores cada vez más las consideran una posibilidad. Junto con la eficiencia terminal se pueden observar la reprobación, el rezago y el abandono escolar; pero en los informes de indicadores oficiales se ofrecen con mayor detalle los datos sobre cobertura, matrícula por sistema y sostenimiento educativo y no dan cuenta del abandono en la educación superior. No obstante, este indicador ha sido digno de estudios por académicos interesados en este fenómeno educativo, aunque se considera que en México, no los suficientes. El abandono como indicador de trayectoria escolar se puede abordar desde diversas disciplinas y teorías. Por ejemplo, Tinto (1987), ya en los años setenta y ochenta, ofrecía a la comunidad académica reflexiones para dejar de mirar al estudiante como el único responsable de su fracaso escolar y con sus aportes sobre la persistencia estudiantil, las comunidades de aprendizaje y de integración a la institución, ofreció una perspectiva organizacional para analizar este fenómeno al señalar “que entre más grande sea el contacto entre estudiantes mayor será la probabilidad de establecer afiliaciones sociales e intelectuales en la comunidad universitaria y, por consiguiente, de permanecer en la institución” (Tinto, 1987).

Propósito

Registrar en qué medida las dificultades que enfrentan los alumnos de licenciatura inscritos en la modalidad a distancia SUAyED, influyen en las posibles causas de deserción escolar.

2. MARCO CONCEPTUAL

Perspectiva

Se ha observado un incremento de ofertas de estudios en modalidad a distancia o en línea por parte de instituciones privadas, esto con el objeto de elevar su cantidad de estudiantes, mercantilizan la universidad con ofertas rápidas y superficiales debido a que gran parte de que quienes estudian en esta modalidad son trabajadores con necesidad de aumentar sus herramientas profesionales (Escanés, Herrero, Merlino, & Ayllón, 2014), ésta situación aumenta las probabilidades de deserción escolar, ya que convierten a la educación a distancia en un negocio, en donde lo primordial es tener nuevos estudiantes, sin tener preocupación de que estos cuenten con planes de estudio y herramientas suficientes para llevar a cabo su propósito de obtener nuevos aprendizajes y finalizar estudios de manera adecuada.

Un problema común para explicar la razón o el porqué de la deserción universitaria en línea es que no existe la suficiente información, datos y sobre todo no se cuenta con una definición clara de este fenómeno; no obstante se señalan etapas en las que un estudiante podría ser potencialmente considerado un desertor, estas ocurren cuando ya no se registran para el curso, cuando se vuelven inactivos esto es que no se retiran pero tampoco envían tareas, cuando se retiran activamente, cuando envían tareas pero no realizan el examen, cuando reprueban el examen directamente, cuando por distintas razones no pagan las colegiaturas del curso, cuando fallan y se le concede prórroga y vuelven a fallar, y cuando aprueban el curso o módulo, pero no vuelven a registrarse para el próximo (Frydenberg, 2007).

Desde una perspectiva pedagógica, usar el término abandono y entenderlo como multicausal y multidimensional, es decir, no sólo es una decisión individual del estudiante –no es desertor– dejar temporal o definitivamente su formación, sino que ésta es mediada por diversos factores que van desde lo personal, en términos de lo motivacional y lo familiar, hasta lo laboral, lo institucional-educativo y lo institucional-administrativo y social. También es necesario señalar que los avances en el estudio de este fenómeno permiten categorizarlo para una mejor operacionalización y así se puede hablar del abandono en el sistema educativo; de la institución (interno o externo); por reorientación vocacional; por temporalidad y periodos: preingreso; temprano (en el primer año); tardío; temporal; y definitivo (UNAM, 2015).

Causas del problema

No se puede basar en los mismos modelos explicativos de la deserción universitaria presencial para poder explicar el fenómeno de la deserción universitaria en modalidad en línea o a distancia, debido a que surgen necesariamente distintas dimensiones a considerar, tales como los soportes de comunicación y su funcionamiento, la interacción con un tutor mediada por el espacio y el tiempo, la adecuación de los materiales pedagógicos al público destinatario, entre otros. En estudios realizados sobre la deserción en modalidad a distancia, mencionan como factores responsables de que estudiantes en línea deserten, el insuficiente apoyo docente y tecnológico por parte de la institución, las respuestas tardías por parte de docentes ante consultas o atención de dudas por parte de los alumnos, no disponer del tiempo necesario para realizar las sesiones en línea a causa del trabajo y actividades familiares o en el caso de las mujeres tener tareas del hogar, por carecer de apoyo familiar, por tener problemas económicos y por no contar con alguna beca, en cuanto a los factores relacionados con la experiencia universitaria resaltan la carencia de organización y métodos de estudio y autoaprendizaje óptimos, que las expectativas del estudio en línea no se cumplan; los factores personales se enfatizan en la motivación y predisposición al aprendizaje, considerando que es insuficiente (Escanés, Herrero, Merlino, & Ayllón, 2014).

Frydenberg, 2007, describe los datos de persistencia recopilados durante dos años sobre educación profesional continua en línea y presencial. Las clases en línea tenían una duración de 10 semanas con fechas de inicio y finalización fijas, y una semana adicional con el fin de brindarles orientación sobre el curso; en cuanto a la modalidad presencial, esta fue de horario nocturno de tres horas. Los autoinformes de la razón de desertar de los estudiantes fueron muy similares, por lo que se concluyó que “es la vida”, las razones personales y no necesariamente el conflicto de horarios, lo que interfiere con la intención de completar un curso.

Es importante mencionar que un factor relevante para la deserción escolar en modalidad a distancia implica aquellos factores sociodemográficos que en muchas ocasiones llevaron a las personas a estudiar bajo esta modalidad. Notoriamente las condiciones actuales en el campo laboral implican el tener mayores conocimientos escolarizados para tener un mejor salario; no obstante, en muchas circunstancias los estudiantes de cursos en línea son aquellos que ya tienen responsabilidades mayormente familiares (paternidad, cumplir con roles en el hogar, trabajo, etc.) en este sentido, el hecho de no tener una total disponibilidad de tiempo para ser alumno, incrementa las probabilidades de llegar a la deserción escolar en donde, a pesar de tener planes curriculares bastante flexibles (respecto a tiempo) en muchas ocasiones no se toman en cuenta estos factores que crean una interferencia entre los objetivos a lograr y las responsabilidades socialmente demandadas.

Con base en lo anteriormente mencionado se debe hacer énfasis en que estos factores no son las únicas causas del por qué se elige estudiar en una modalidad a distancia. Dentro de esta comunidad estudiantil se incluyen aquellos que decidieron llevar una segunda carrera pero esta vez en un modo no presencial; esto con finalidades de superación personal y por supuesto, como anteriormente se ha mencionado, para tener mejores oportunidades en el campo laboral, sin embargo, la estructuración de los programas de estudio a pesar de ser a distancia implican una fuerte demanda de tiempo, propiciando así fallas e incumplimiento por parte de los estudiantes en cualquiera o tal vez en ambas carreras que están cursando en conjunto provocando de este modo la deserción.

3. MÉTODO

Pregunta de investigación

¿Qué impacto tienen las dificultades que enfrentan los estudiantes de licenciatura matriculados en la modalidad SUAyED de la UNAM, en su decisión de abandonar los estudios?

Hipótesis de Trabajo

Las dificultades que enfrentan los estudiantes de licenciatura tendrán un impacto significativo en la decisión de abandonar los estudios.

Procedimiento

Factores de incidencia o variables

Factores de Incidencia

De acuerdo a la bibliografía anteriormente revisada se entiende que la deserción escolar se ve mayormente propiciada por factores sociales en donde el interés, la motivación y el apoyo por parte de familia y profesores tiene un valor significativo pues si alguno de estos no se presenta, incrementa la probabilidad de que un estudiante abandone sus estudios, así como factores socioeconómicos en donde por obligaciones laborales, en ocasiones trabajos de paternidad, así como un bajo presupuesto para continuar pagando gastos adicionales (cursos, materiales, etc.) aumenta las posibilidades de la deserción.

Selección de la muestra

50 Estudiantes de Licenciatura en modalidad a distancia, pertenecientes a SUAyED, de ambos sexos y con un rango de edad de 18 a 60 años.

Instrumentos de observación

Cuestionario aplicado a través de Google Formularios, basado en las preguntas realizadas por la Universidad de Guadalajara sobre la deserción escolar.

4. RESULTADOS

Obtención de datos

Los datos que se obtuvieron mediante la aplicación de la encuesta a los alumnos, se trabajaron a través del programa Excel, el enlace es el siguiente: https://docs.google.com/spreadsheets/d/1R9nTF47Xuhq3LUqGKGuZtBg2spaus1RwfN9Wb8os5O4/edit?usp=sharing

Análisis de datos

Una vez analizando los resultados obtenidos mediante la aplicación de una encuesta a 50 estudiantes donde el 28% de ellos son estudiantes del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) de la FES Iztacala, mientras que el 72% restante pertenece a alguna otra institución de la UNAM, además de que se nota una predominancia de estudiantes de la carrera de psicología. Las personas entrevistadas rondan una edad promedio de 37 años, la menor edad de la que se encuentra registro en la información obtenida fue un sujeto de 20 años mientras que la edad mayor fue un estudiante de sexo masculino con 55 años. Se nota una gran predominancia del sexo femenino en los resultados pues del universo entrevistado un 86% fueron mujeres.

Dentro de las condiciones generales de los sujetos entrevistados se encontró que un 20% de ellos no se encuentra laborando actualmente, además de que en su gran mayoría cuentan con una computadora y servicio de internet en su domicilio, todos sabían que la totalidad de actividades que realizarían durante su estancia en la carrera sería a través de medios digitales. A pesar de tener presente la relevancia del uso de herramientas informáticas, un 74% de los estudiantes declaró únicamente conocer la utilería básica de Microsoft Office antes de decidir iniciar su carrera, mientras que un 8% aseguró no conocer ningún tipo de software, el 14% restante conocía además de las herramientas ya mencionadas el uso de software de edición o diversos sistemas operativos.

De acuerdo con las respuestas obtenidas, los estudiantes experimentaron diversas inquietudes respecto al sistema de universidad virtual, los más recurrentes, con un 26%, fueron la falta de asesorías tanto como de personal administrativo como de profesores, seguida de la posible complicación de adaptación a las necesidades de un sistema en línea como podría ser la gestión de tiempo, de cumplimiento de instrucciones y la disciplina que implica un estudio no supervisado, esto con un 16%. No se presentaba una gran preocupación respecto al uso de la plataforma como una de las inquietudes iniciales, al cuesticonsideraonar respecto a posibles mejoras de la misma, un 24% se inclinan en un cambio de diseño en busca de algo más simple y sencillo de usar. A excepción de un par de estudiantes todos usaron los foros contenidos en las plataformas, un 16% sugiere que se generen diferentes canales de comunicación con los profesores ya que el tiempo de respuesta y las instrucciones que estos dan no suelen ser claras y los foros no dan una respuesta óptima a las inquietudes de quienes los consultan.

Figura 1. Dudas o inquietudes iniciales.

Por otra parte el porcentaje más predominante con un 26% sugiere que la plataforma tiene un buen funcionamiento y no sugieren de algún cambio en esta, alguno de los elementos a destacar es que existen estudiantes que sugieren la inclusión de sesiones de videollamada o tutoriales por video haciendo más claras las explicaciones que se dan a los estudiantes.

Una vez cursando la universidad en línea existe un consenso mayor al 80% de que los contenidos y la forma en que son están estructurados a lo largo de la carrera han sido planeados correctamente. La realización de todas las actividades implica un gran reto para los estudiantes, pues como se mencionó anteriormente la mayoría de ellos trabajan y estudian, esto implica una organización rigurosa en la forma de elaborar dichas labores, pues un 50% de los encuestados dijeron requerir de un promedio de 3 a 4 horas diarias para realizar sus labores, dado el alto tiempo demandado, un gran número de estos se apoyaron de calendarios de actividades según las entregas y establecieron horarios de trabajo muy estrictos de forma que pudieran realizar tales actividades.

Figura 2. Tiempo diario invertido en actividades.

Otro factor a considerar es que un 20% respondió recurrir a tiempo durante la noche o a fines de semana para realizar dichas labores, pues sus actividades cotidianas no les permiten dedicar tiempo en otro momento. Se preguntó a los estudiantes cuáles eran las dificultades a las que se habían enfrentado mientras realizaban sus actividades y el 34% de los casos respondieron haber tenido dificultades ya que las instrucciones no eran del todo claras, además de un 18% quienes tuvieron problemas con el manejo de las herramientas involucradas en la realización de estas tareas, en conjunto esto nos dice que más del 50% de estudiantes tuvieron problemas que requerían del apoyo de algún tutor o profesor quien pudiese aclarar dichas situaciones, sin embargo al cuestionar el tiempo de respuesta ante alguna posible duda o aclaración que surgiera en los estudiantes, se encontró que un 48% de los asesores tomaban un tiempo de 3 días antes de responder a sus estudiantes y solo a un 12% les respondieron en las primeras 24 horas después de haber solicitado asesoría. Esto influye en gran medida a que, de acuerdo con la encuesta, un 22% de los encuestados no esté de acuerdo con la calificación que han obtenido en sus cursos, pues aseguran no estar seguros de qué es lo que se está revisando en dichas actividades pues las instrucciones no están claras y los criterios buscados por los tutores tampoco.

Figura 3. Tiempo de respuesta de los profesores.

Una vez que se preguntó cómo ha sido la experiencia de los estudiantes, se les cuestionó si en algún momento habían considerado abandonar los estudios un 72% dio una respuesta afirmativa, y de dichas respuestas, la más presente con 34% ha sido la falta de tiempo y no resulta una aseveración difícil de creer pues si se considera la combinación de la situación laboral de la mayoría de los entrevistados y el tiempo que se dijo dedicar a estas labores resulta complicado llevar a cabo ambas actividades al mismo tiempo. Se registraron respuestas en menor medida que implican la salud, el estrés o la falta de motivación en los estudiantes.

Buscando una mirada en retrospectiva se preguntó a los estudiantes cuáles de sus expectativas no habían sido cumplidas una vez que habían estado inscritos en alguna carrera en línea, y se encontró que un 34% no se sentía satisfecho con la comunicación o interacción con los profesores y con las asesorías que buscan al tener dudas, respuesta que se refuerza con los resultados encontrados al preguntar si se sentían satisfechos con la atención brindada por parte del personal administrativo, pues un 52% aseguro no estarlo. En contraste, un 18% respondió que todas sus expectativas han sido cumplidas al estudiar en línea, el resto de las respuestas fue diversa, por ejemplo: la cantidad de tiempo necesario, la flexibilidad del esquema de estudio en línea, la calidad de contenido o la interacción de compañeros. pues en su mayoría de los casos fue únicamente por chat.

Según los estudiantes, la educación el línea sería ideal para personas que se encuentran laborando, o que tienen una gran capacidad de organización para acoplar sus labores diarias al tiempo de estudio, otro factor a destacar es que según ellos, es ideal para aquellas personas que se encuentren imposibilitados para desplazarse, ya sea por grandes distancias, discapacidades motrices o incompatibilidad de tiempo. Un dato interesante es que se pueden ver contradicciones pues hay quienes creen que es necesario tener una gran disponibilidad de tiempo y quienes respondieron que es funcional para aquellas personas que no cuentan con mucho tiempo libre.

Al preguntar a los estudiantes qué factores consideran que serían de motivación para continuar con el estudio, se muestran respuestas acordes a lo antes mencionado, pues un 20% cree que con un esquema de mayor flexibilidad en cuanto a carga de trabajo, tiempos de entrega y trato con los profesores sería de utilidad, mientras que un 30% consideran que una mejora en la asesoría y comunicación con los profesores servirían como estímulo y motivación, dentro de las sugerencias se encuentran propuestas como la posibilidad de tener algún tipo de sesión por vídeo llamada, o tener canales de comunicación abierta las 24 horas del día, o en algunos casos la posibilidad de sesiones presenciales para aquellos que esporádicamente se puedan presentar en las facultades. En esta pregunta aparecen factores que no se habían mencionado antes, como que se piensa que con un apoyo económico o con la disponibilidad de los recursos utilizados en las sesiones se obtendrían mejores resultados.

Finalmente, al cuestionar a los estudiantes respecto a qué tipo de carreras consideran que se deberían agregar al sistema en línea, un 14% considera necesaria la inclusión de ramas de estudio de las ciencias físico matemático, un 24% buscaría la inclusión de ciencias médicas biológicas, entre ellas la más presente era la carrera de medicina, un 16% cree que es necesario incluir más carreras de la rama de ciencias sociales y administrativas, la más destacada la licenciatura en administración. Finalmente un 22% considera necesarias carreras del área de artes y humanidades, la más notable, diseño gráfico.

5. DISCUSIÓN

Consideraciones polémicas

Hubo contradicciones por parte de los estudiantes debido a que se les preguntó sobre a qué tipo personas recomiendan este tipo de modalidad de estudio y una parte de ellos contestó que lo recomiendan a personas que no tienen tiempo de estudiar la universidad de manera presencial y por otro lado hubo estudiantes que mencionan que un posible motivo para abandonar la carrera que cursan es que no tienen tiempo para completar sus estudios en la y que la carga de trabajos es mucha, que para poder desempeñar de manera óptima los estudios en línea, se requiere de mucho tiempo.

Diseño de Intervención PsicoEducativa

Con base en los resultados, se hacen evidentes la demandas de los alumnos en modalidad SUAyED, entre ellas las que mayormente destacan son que los esquemas de entrega sean más flexibles, esto en cuanto a la plataforma; que exista la posibilidad de tener sesiones más frecuentes, incluyendo que el papel tanto de los tutores como de los maestros no sea tan ausente y que realmente los hagan sentir que alguien los está guiando y que están para resolverles las dudas y apoyarlos en el proceso y no que solamente les revisen las tareas. Por ello la propuesta que se hace es el diseñar un Blog dividido en bloques dentro de Google classroom o Moodle, donde el profesor recibirá las notificaciones vía correo electrónico u otra plataforma (Facebook, WhatsApp, etc.) en el momento que los alumnos entreguen el trabajo asignado como de las dudas que se presenten durante la elaboración de éstos, al cierre de cada módulo se aplicará una encuesta de la respuesta del profesor/tutor.

El psicólogo se encargará de medir la periodicidad de las respuestas hacia las dudas de los estudiantes, si lo anteriormente mencionado no fuera cumplido por parte de los profesores, los estudiantes tendrán el derecho de evaluar el trabajo realizado por ambos y se aplicarán ciertas sanciones a consecuencia del incumplimiento de responsabilidades.

Implicaciones

En caso de que lo sugerido anteriormente fuese llevado a la práctica, se tendría una respuesta más periódica por parte de los profesores, pues una de las principales problemáticas es la demora que tienen para resolver dudas, a su vez el compromiso de implementar diversas estrategias para resolver éstas, permitirá tener un mejor aprovechamiento por parte de los estudiantes reduciendo los factores que influyen en la decisión de deserción.

Una problemática que se puede presentar ante esta situación son los tipos de sanciones que se pueden aplicar sobre las deficiencias que pudieran presentar como profesores. Ante esto se debe de considerar que debe ser una sanción lo suficientemente significativa para los profesores pero sin que llegue a atentar contra sus derechos como trabajador; a su vez existe un margen de error en el que los estudiantes o incluso los profesores pueden tomar las evaluaciones como algo directamente personal creando así un conflicto ético. No obstante, lo anterior es una estrategia que actualmente se aplica y hasta el momento ha dado buenos resultados como coevaluación, por lo tanto sí podría ser implementado.

6. CONCLUSIONES

Aportaciones

El presente permite vislumbrar algunas de las deficiencias que actualmente tienen lugar dentro del Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) de la UNAM, tanto administrativas como del profesorado, mismas que se traducen en un alto porcentaje de estudiantes que actualmente están considerando desertar; por lo que es importante tener en cuenta las repercusiones que estas deficiencias tienen en los estudiantes, ya que los egresados de las modalidades a distancia representan un alto número de los egresados al año dentro de la UNAM, en este sentido, se elaboró una propuesta para reducir las implicaciones que éstas tienen para los estudiantes, así como el generar un seguimiento oportuno del docente en relación con los trabajos del curso.

Colofón

Resulta de suma importancia tomar en cuenta las deficiencias que se presentan actualmente en la educación dentro del país y las escuelas a distancia representan parte importante para el mejoramiento de las habilidades de los profesionistas que actualmente están laborando; es por eso por lo que se debe de trabajar en las mejoras de aquellos puntos débiles dentro de esta modalidad educativa que fueron identificados en este artículo, tales como la comunicación entre el estudiante y el docente.

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